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Trump ordena el regreso a la Luna en 2028
Trump ordena el regreso a la Luna en 2028: base permanente en 2030 y camino a Marte.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el regreso a la Luna en 2028 como uno de los principales objetivos de su política espacial mediante una orden ejecutiva denominada Ensuring American Space Superiority, firmada el 18 de diciembre de 2025 y publicada oficialmente en el portal de la Casa Blanca.

La directiva establece como prioridad que astronautas estadounidenses regresen a la superficie lunar antes de 2029 a través del Programa Artemis de la NASA, con miras a establecer una base lunar permanente para 2030 y preparar el terreno para un eventual camino a Marte.

Este anuncio marca un hito en la política espacial estadounidense, que busca posicionar a Estados Unidos como líder global en exploración, seguridad y desarrollo comercial del espacio en un momento de creciente competencia internacional.

Trump ordena el regreso a la Luna en 2028 y base lunar para 2030

Según el texto de la orden ejecutiva publicada por la Casa Blanca, la política espacial de la administración Trump se enfocará en:

  • Regresar a la Luna en 2028 mediante el Programa Artemis, reafirmando el liderazgo estadounidense y preparando tecnologías clave para misiones más profundas.

  • Establecer elementos iniciales de una base lunar permanente antes de 2030, que permitirá una presencia humana sostenida y servirá como plataforma para futuros viajes a Marte.

  • Impulsar la sostenibilidad y la eficiencia de misiones de exploración, incluyendo la integración de servicios de lanzamiento comerciales.

La directiva no sólo traza un horizonte claro para la exploración lunar, sino que busca acelerar el desarrollo de infraestructura espacial que sirva de base para pasos posteriores, incluida la exploración marciana.

¿Qué implica que Trump ordena el regreso a la Luna en 2028?

El objetivo de que Trump ordena el regreso a la Luna en 2028 se sustenta en la visión de ampliar la presencia humana fuera de la Tierra y fortalecer la posición estratégica económica y de seguridad de Estados Unidos en el espacio.

Además de la meta lunar, la orden ejecutiva impulsa el desarrollo de capacidades de energía nuclear espacial para instalar reactores tanto en la Luna como en órbita antes de 2030.  Esta tecnología, según la Casa Blanca, sería fundamental para la sostenibilidad de misiones prolongadas y la futura exploración de Marte.

El documento también menciona la intención de fomentar la inversión privada en mercados espaciales, con el objetivo de atraer al menos 50 mil millones de dólares adicionales para 2028.

Impulso a la seguridad y economía espacial

La orden subraya que alcanzar estos objetivos no sólo tiene implicaciones científicas y de exploración, sino también de seguridad nacional. Entre las directrices figura el desarrollo de tecnologías de defensa avanzada en el espacio y la cooperación con aliados para fortalecer posturas estratégicas.

Otro componente de la política es impulsar la economía espacial comercial, incluyendo rutas para reemplazar la Estación Espacial Internacional con plataformas privadas antes de 2030.

Reacciones y contexto global

Que Trump ordena el regreso a la Luna en 2028 ocurre en un contexto de rivalidad creciente en la carrera espacial, sobre todo con programas ambiciosos de China y otros actores internacionales. Analistas consideran que establecer una presencia lunar permanente no solo tendrá beneficios científicos y económicos, sino que también enviará una señal de liderazgo geopolítico.

La confirmación de Jared Isaacman como administrador de la NASA en diciembre de 2025 —quien ha expresado adhesión a las metas de exploración lunar y marciana— refuerza las perspectivas de que la visión planteada por Trump será respaldada operativamente por la agencia espacial.

Camino a Marte: metas a largo plazo

Aunque la orden ejecutiva no fija una fecha específica para el aterrizaje en Marte, al definir que el establecimiento de una base lunar permanente será preparatorio para el camino a Marte, la política deja claro que este objetivo está en la mira de la administración presidencial.

El énfasis en la Luna como plataforma de preparación y prueba para tecnologías y operaciones más complejas es consistente con la estrategia de exploración humana a largo plazo planteada por agencias espaciales y expertos internacionales.

Panorama general

Que Trump ordena el regreso a la Luna en 2028, base permanente para 2030 y camino a Marte confirma un renovado impulso a la ambición espacial estadounidense, consolidando metas que abarcan desde la exploración científica hasta objetivos estratégicos de largo alcance.

Fuentes: Casa Blanca — Ensuring American Space Superiority / Reuters

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